11 diciembre, 2024

¡Buenas tardes!

¡Recordad nuestra cita el martes 9 de julio a las 19 h en el centro cultural de Casa de Vacas!

Altamira fue la primera cueva del mundo donde se identificó y publicó científicamente la existencia de arte rupestre paleolítico, un patrimonio cultural de excepcional valor que nos dejaron aquellas sociedades prehistóricas hace miles de años. Fue un acontecimiento extraordinario, puesto que cambió para siempre la percepción que se tenía del pasado de la humanidad. En la obra “Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander”, publicada en 1880, Marcelino Sanz de Sautuola tuvo la clarividencia de advertir que aquellas pinturas que había descubierto su hija María, correspondían a la misma época que los objetos tallados, restos fósiles y ocres que aparecían dispersos en los suelos de la cueva. En consecuencia, las imágenes que decoraban aquel techo de una galería próxima a la entrada de la caverna, habían sido realizadas por las mismas personas que la habitaron hace miles de años. Un dictamen absolutamente revolucionario que provocó un agitado debate que no se resolvería hasta pasados catorce años del fallecimiento de don Marcelino.

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