En chino se llaman k’uai tzu y significa “rápidos”, se encuentran en casi todos los hogares sudasiáticos.
Estas finas varitas miden entre 20 y 25 centímetros y suelen tener forma cuadrada en la mitad superior —lo que facilita el agarre e impide que rueden por la mesa— y redondeada en la inferior.
En chino antiguo, los dos caracteres que conforman k’uai tzu (“rápidos”) se escriben con el radical correspondiente a bambú, lo que da a entender que este era el material originario.
Así que los primeros palillos probablemente eran de materiales perecederos (como madera y bambú) y esta es una de las razones por las que resulta casi imposible precisar cuándo comenzó su uso. Hay quienes creen que ya se conocían en China durante la dinastía Shang (entre los siglos XVI y XI a.E.C., aproximadamente). En un documento algo posterior a Confucio (551-479 a.E.C.) se habla de ‘pellizcar’ comida de la sopa, lo que pudiera aludir al uso de algún tipo de palillos.
Por lo visto, a principios de la dinastía Han (206 a.E.C. a 220 E.C.) ya era habitual comer con estos utensilios. Al excavar una tumba de aquel período en Changsha, en la provincia de Hunan, apareció un juego de cubiertos lacados que incluía palillos.
Los palillos originalmente no se usaban para comer, sino para cocinar, según ciertos eruditos chinos. Se cortaban los alimentos crudos en pequeñas porciones, se envolvían con hojas y luego se usaban varitas para meter guijarros calientes en el envoltorio. De este modo el cocinero se ahorraba quemaduras. Con el transcurso del tiempo, pasaron a utilizarse para sacar pedazos de comida de la olla.