Sobre gustos no hay nada escrito. Los ideales de belleza han cambiado de manera radical a lo largo de la historia; y hoy en día, las diferencias entre países y culturas son más que notables.
Mientras en Europa lo habitual es desear una sonrisa perfecta, en Japón no está tan mal vista una dentadura torcida.
En Corea del Sur, una moda desencadenó una ola de peligrosas operaciones para estilizar mandíbulas, dando al rostro femenino una forma similar a la de un corazón.
En China y otras zonas de Asia, muchas recurren a máscaras para proteger su piel del sol y obtener el mayor grado de palidez posible.
En China y otras zonas de Asia, muchas recurren a máscaras para proteger su piel del sol y obtener el mayor grado de palidez posible.
Si recorres Papúa Nueva Guinea, es posible que te cruces con miembros de la tribu Chambri, que tratan de asemejarse a cocodrilos provocándose cicatrices desde edades muy tempranas. En África, los Fulani (el pueblo nómada más grande del mundo) consideran especialmente agraciadas a las mujeres con frente amplia, por lo que es frecuente que ellas mismas se corten el pelo de la parte frontal de la cabeza. Las «padaung» de Birmania, por su parte, emplean aparatosos anillos de latón para prolongar increíblemente sus cuellos, aunque no todos los estudios antropológicos realizados coinciden en que sea por motivos estrictamente estéticos.
En la pequeña República de Tayikistán, lo que se conoce popularmente como «unicejo» es toda una bendición para las féminas, que lo simulan con pintura cuando no les crece de forma natural. Más vistosos aún son los rituales en la etíope tribu mursi: los hombres tratan de embellecerse dibujando con tiza por todo su cuerpo, mientras que las mujeres se incrustan discos de arcilla para dilatar sus labios y sus orejas. La obesidad femenina es ideal de belleza en Mauritania. Y por último, en Irán se estima que quien tiene acceso económico a la cirugía estética es una persona de alto status, por lo que no son pocos los que se dejan ver cubiertos de vendas justo después de pasar por el quirófano.
Y como sobre los gustos no hay nada escrito podemos elegir lo que más nos atrae.