Por Mercedes Pullman
En mi viaje a Malta, lo que más me sorprendió es encontrar un santuario de la Virgen de Lourdes en Birzebbuga. Me parece bien que aparezca en Francia, ¿pero en Malta?
Resultó a ser algo fuera de lo normal, y mira que estoy acostumbrada a las rarezas. Cuando vi un cartel indicando que allí está la Virgen Lourdes, me faltó un segundo de desviarme de mi camino.
Al pasar por unos caminos campestres encontré una iglesia de culto que me ha dejado sin habla. El propietario de la finca estaba recogiendo tomates, y cuando se dio cuenta que no soy una devota me ignoró por completo, pero esto me permitió ver el altar montado en el patio de su casa.
Por si fuera poco, llegue a une especie de iglesia, que calculando las sillas puestas en la sala, entendí que hay afluencia de la gente.
Al salir de este lugar me dirigí a la colina donde estaba instaurada una cruz de hierro junto a una estatua de la Virgen Lourdes.
Observe que su posición de manos no es la habitual o a la que estamos acostumbrados, pero, en este caso, me pareció que carece de importancia.
Lo que para mi tuvo importancia es que delante de mi estaba la Virgen Lourdes en todo su esplendor.
Salí de allí más que encantada por el hallazgo, todo me parecía muy raro y al mismo tiempo increíblemente magnifico.
En un país lejano, suceden cosas que puedes no comprender en un momento dado, pero ni si quiera importa, porque lo que ves, aunque sea sin sentido para ti, no olvidaras nunca.