26 diciembre, 2024
Villa romana Liedena por Luis González Fraga
Villa romana Liedena por Luis González Fraga

Las Villas romanas son casas de campo dedicadas a la explotación agrícola y ganadera de un territorio. Eran gestionadas por un señor y su familia que moraban en aquellas instalaciones junto a otros trabajadores de confianza, jornaleros y algunos esclavos.

Estas villas eran económicamente sostenibles, lo cual les permitía crear aquellos recursos para su alimentación y generar los excedentes que posteriormente se venderían para comprar otros productos que no podían producir. A estas actividades se dedicó la Villa romana de Liedena, que al igual que otras muchas  que existieron en el valle del Ebro, tuvo su momento de esplendor económico en los siglos I y II d.C.

Precisamente de esta época data su primera fase de construcción, que corresponde al patio porticado decorado con mosaicos sobre el que se abre un gran salón y las termas construidas al Este de la vivienda. La villa sufrió un incendio y fue abandonada en el siglo III d.C.

Posteriormente, en el siglo IV, la villa es restaurada pero conservando la orientación de los muros y las estructuras principales de la vivienda. También se repara el pavimento y se añaden más habitaciones. Se crea un patio de recreo con un estanque, se construyen unas nuevas termas y un gran patio al este de la villa que estará rodeado por muchas habitaciones.   

Es probable que por su cercanía con la vía romana que unía a Zaragoza y Pamplona esta villa se dedicara además a ofrecer servicio de parada y descanso, del cual obtenía un ingreso económico adicional.

El acceso a la villa tiene lugar a través de un gran patio rectangular con dos largas hileras de habitaciones. Un total de 26 habitaciones en el lado Norte y 15 en el Sur. Se cree que en ellas se pudo alojar una milicia rural, supuestamente para resistir los ataques de bárbaros y bandidos que por entonces asolaban la región. También se cree que en ellas dormían los temporeros que pasaran la noche en su camino por la vía que comunica el valle del Ebro con el Pirineo.

Atravesando el gran patio se accede a las estancias de las galerías y habitaciones, justo al lado sur del estanque. En ella destacan dos largos corredores en el que uno de ellos estuvo pavimentado con mosaicos policromos y que serían el ante sala de unas habitaciones muy grandes que pudieron estar destinados para el alojamiento de aquellos viajeros más pudientes.

Entre estas habitaciones y la parte residencial privada de la villa se encuentra un gran patio con un estanque, siendo uno de los elementos arquitectónicos más destacable de la villa. Desde la parte Este del estanque, sale un canal de desagüe para el agua sobrante que atraviesa la villa hasta llegar a la ladera.

Pasando el estanque se accede al núcleo de la villa, el cual estuvo conformado por un conjunto de habitaciones donde vivía el Dominus o Señor y su familia. En medio hubo un patio porticado de planta rectangular que daba luz a las habitaciones principales.

Estas habitaciones estuvieron pavimentadas con mosaicos, y solo una de las cuatro habitaciones pequeñas del lateral apareció pavimentada con mosaicos en colores blanco, negro, rojo y amarillo, formando figuras geométricas de hexágonos y rosetas de seis pétalos. Los mosaicos de Liédena se encontraron muy destruidos, sobre todo en los del cuadro central que reproducía el Triunfo de Baco. Se cree que su destrucción fue intencionada al igual que otros mosaicos con motivos paganos que se producirían más tarde con el auge del cristianismo.

Al este de las estancias residenciales y entre el gran patio de acceso se encuentran tres depósitos para recogida de mostos y habitaciones con suelo de argamasa para el pisado de la uva, lo cual da a entender que la villa también se dedicó a la producción de vino. Al norte se identificó la bodega que llegó a tener dos plantas por los restos de filas de grandes postes de apoyos hallados en el suelo, así como restos de cerámicas empleadas para la fermentación del mosto.

El descubrimiento de este yacimiento fue en febrero de 1921 al encontrarse unos mosaicos mientras se labraba el terreno para la plantación de viñas. Y fue entre los veranos de 1942 a 1947 en que se llevó a cabo la excavación total de esta villa.

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