21 noviembre, 2024

Lo que más me gusta de la vida es que sigues descubriendo cosas que estaban a tu alcance siempre, pero nunca te fijaste en ellas. Precisamente esto me pasó con el Cristo del Otero que descubrí por pura casualidad y estaba enfadada conmigo misma por haber hecho tantos viajes a Palencia y no conocer esta obra de arte hasta estos días.

A la enorme figura de Cristo se divisa desde la carretera, además sin saber su ubicación estoy segura de que cualquier conductor se preguntará que es lo que ve a lo lejos. Aunque muy a mi pesar, no sabía que esta estatua de 21 metros y 392 toneladas de peso es uno de los iconos más queridos por los palentinos, visible desde muchos puntos de la ciudad.

El Cristo más alto de España y uno de los más elevados del mundo es una majestuosa obra del reconocido escultor palentino Victorio Macho (1887-1966). Fue uno de los artistas más destacados de su época, también es conocido por otras grandes esculturas, como la dedicada a Benito Pérez Galdós en los Jardines del Retiro de Madrid, que le otorgó reconocimiento nacional en 1919. Para aquellos interesados en profundizar en su vida y obra, un Centro de Interpretación acompaña a la escultura, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de explorar planos, proyectos, bocetos e incluso un autorretrato realizado por el artista a los 17 años.

El Cristo del Otero, se erige en Palencia como un símbolo de bendición. Esta obra, que representa a Jesús con las manos levantadas, fue construida en 1930 y se inauguró al año siguiente. Solo tardaron 8 meses en levantar esta enorme escultura de hormigón. Su diseño, caracterizado por un estilo art déco, presenta formas geométricas y angulosas que evocan tanto el cubismo como el arte egipcio. Como curiosidad, ese mismo año se inauguró el Cristo redentor de Río de Janeiro.

Imagen pablo J

Este monumento, que representa la creación más significativa de Victorio Macho, ha sido elogiado por su impresionante altura y belleza artística. La obra no solo destaca por su grandeza, sino también por el legado cultural que representa en la historia del arte español.

Las manos y la cabeza del Cristo más alto de España, exhiben una rigidez y un primitivismo que evocan la estética de la Grecia arcaica y Bizancio. Estas características emergen de un cuerpo que se asemeja al fuste de una gigantesca columna, creando una imagen imponente y simbólica.

Bajo la imponente estatua se encuentra una ermita de origen rupestre, que cuenta con tres naves y es el lugar de descanso eterno del escultor Victorio Macho.

Según la tradición, este lugar tiene un significado aún más profundo, ya que se dice que en el siglo VI fue el refugio de Santo Toribio, quien huyó de las iras de sus conciudadanos que rechazaban su predicación contra la herejía priscilianista. La ermita, por tanto, no solo es un testimonio del legado artístico de Macho, sino también un importante sitio histórico que conecta la espiritualidad con la historia religiosa de la región.

Davillier, Jean Charles, barón, 1823-1883

Este espacio sagrado no solo alberga su sepulcro, sino que también conserva en un pequeño museo los proyectos de algunas de sus obras más emblemáticas, ofreciendo a los visitantes una visión única del proceso creativo del artista. El museo también presenta varios modelos de la cabeza del Cristo, cuya interpretación final fue influenciada por el postcubismo y cargada de conceptualidad. Además, se ofrecen explicaciones sobre el proceso de construcción de la obra y videos multimedia que enriquecen la experiencia del visitante, permitiendo una comprensión más profunda del legado artístico de Victorio Macho.

El Cristo del Otero fue erigido gracias a una colecta popular, reflejando así el compromiso y la devoción de la comunidad. Desde lo alto de la colina, observa el paso del tiempo con el agua del río Carrión como testigo silencioso, convirtiéndose en un faro espiritual que guía a los habitantes y visitantes hacia una conexión más profunda con su patrimonio cultural y religioso.

Soberbio y con una solemne rigidez, el Cristo del Otero se erige como un monumento que encapsula la esencia de su época, fusionando el sentimiento religioso que se espera de una figura de tales dimensiones. A sus pies, la monumentalidad de Palencia se despliega, donde las siluetas del románico y gótico trazan un esbozo de la rica historia artística de Castilla. Esta imponente escultura no solo es un hito arquitectónico, sino también un símbolo de unidad entre el cielo y la tierra.

FIN

P.D. ¡Pero aquí no acaba la historia! Los madrileños, con su inigualable espíritu competitivo, no podíamos permitir que el Cristo más alto de España se quedara en Palencia. Así que, ¿qué hicimos? Pues, la Asociación Sagrado Corazón de Boadilla del Monte decidió que era hora de levantar un monumento aún más alto: ¡25 metros de pura grandeza!

Ya han recaudado 38.630 euros de los 135.000 que necesitan para hacer realidad su ambicioso proyecto. ¡Eso es lo que yo llamo una “subida” en la competencia! Con un poco más de esfuerzo y quizás unas cuantas fiestas populares con churros y chocolate, seguro que alcanzaremos la meta. Después de todo, si hay algo que une a los madrileños, es la buena comida y la sana rivalidad. ¡Que empiece la cuenta atrás para el nuevo gigante en Boadilla!

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