29 marzo, 2024

La Comunidad de Madrid ha declarado Bien de Interés Cultural la Fiesta de las Mayas, que se celebra a primeros de mayo en Colmenar Viejo, El Molar, Leganés y en el barrio de Lavapiés de Madrid. ¡Qué grata sorpresa! Es una de las tradiciones populares más bella de España.

Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares en la fiesta de las Mayas de Lavapiés

Esta tradición se celebra en muchos países de Europa, sobre todo en aquellos países que dan a la fachada Atlántica. En mitología griega, Maya era la hija de Atlante, llamado Atlas. Las Mayas se celebran en todas las islas británicas, en Suecia, en Francia, en Alemania, en Portugal y en España con características muy similares. Aunque no existe documentación histórica de la celebración de las Mayas, posiblemente, es una de las fiestas más antiguas. Estas fiestas no se mencionan hasta finales del siglo XIX. En origen, se trataba de una niña adolescente que la sentaban en un sillón y a la que se le ofrecían dulces y limosnas que se llamaban «chivos». Tal vez, esa palabra procedía de ochavito, una moneda de poco valor. Es una costumbre ya cristianizada relacionada con la Virgen del lugar, pero que se mantiene aún en zonas de Castilla y León y en las fiestas de Colmenar Viejo, Molar, Leganés y en el castizo barrio de Lavapiés en Madrid. Esta fiesta se comenzó a perseguir a partir de la Ilustración, tanto por la Iglesia como por el poder real, prohibiéndose por Carlos III.

Las niñas que quieren ser Mayas se preparan durante todo el año. Cuando se sientan en su trono, permanecen quietas y calladas en sus altares, al menos durante 2 horas.

Maya de Colmenar Viejo. Foto de Ana Olivera
Maya de Colmenar Viejo. Foto de Ana Olivera
Maya de Lavapiés. Foto Mercedes Pullman

Suelen ser niñas de 7 a 11 años, virginales, hieráticas, que recuerdan a las grandes damas ibéricas, tienen la solemnidad de la Dama de Elche. Las damas de honor, que eran varias docenas de doncellas, llevan unos pequeños cepillos con los que cepillan a los asistentes, a la vez que vocean: Para la maya bonita (o linda) y galana, y recogen los donativos en unas bandejitas plateadas o en cestillos de mimbre. Luego ponen todo el dinero en común y se reparte entre las mayas, para ayudar a pagar los gastos del vestido y los adornos.

Las Damas de Honor. Mayas de Lavapés. Foto Mercedes Pullman
Damas de Honor. Mayas de Colmenar Viejo. Foto Ana Olivera
Damas de Honor. Mayas de Colmenar Viejo. Foto Ana Olivera

Antiguamente, también canturreaban otras frases, como la recogida por Lope de Vega en una de sus obras:

Echad mano a la bolsa,

Cara de rosa;

Echad mano al esquero,

Buen caballero.

Echad mano a ese costado,

Y dadnos alguna cosa,

Cara de rosa

El esquero era un cinto de cuero con dos o tres bolsitas, que llevaban los hombres y en el que portaban dinero, yesca y pedernal para hacer fuego. En Ocaña había otra frase tradicional: Una perrita para la maya, que no tiene saya.

Mayas de Colmenar Viejo. Foto Ana Olivera

Es una fiesta del resurgir, de la primavera y de la fertilidad donde se percibe como una celebración moderna, es fiel espejo de imaginarios, creencias y emociones pasadas. Es una fiesta que tiene raíces paganas, de culto a la naturaleza (el ciclo festivo de la primavera), la feminidad y la virginidad. Es una ocasión única para disfrutar de una de las tradiciones más arraigadas del folclore nacional. Es muy agradable de comprobar que las tradiciones populares siguen sobreviviendo con el paso de los siglos. Y esperemos que sigan así muchos siglos más…

Pequeña Dama de Honor. Las Mayas de Lavapés. Foto Mercedes Pullman

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