20 abril, 2024

Por Mercedes Pullman

En mi último viaje a Grecia pasando por una carretera de Kalambaka vi algo muy raro en una de las montañas. En una de las rocas de Meteora, concretamente Aghio Pneumea, vi unas cavidades en la pared de una montaña. Al observarlas entendí que ahí vivía gente. Resulta que son conocidas como “La prisión de los monjes” y es que muchos dicen que allí se encerraba como punición a aquellos que habían cometido algún acto que se alejara de la conducta espiritual y monacal.

Pero en mi opinión, es que ellos mismos los que considerando que habían hecho algo mal o no eran buenos cristianos se autocastigaran aislándose en esas plataformas durante un par de días sin agua ni alimentos para reflexionar y volver al camino de la fe.

Seguramente la gente al verlos en esa situación creyese que era un castigo impuesto y de ahí que la empezaran a llamar “la cárcel de los monjes”. Ya que cuesta imaginar cómo alguien de propia voluntad decidiera hacerlo.

Y no podemos olvidar que los primeros monjes que llegaron a Meteora eran eremitas que vivían dentro de esas cuevas que se puedan observar en las rocas y solo bajaban los domingos para ir a misa.

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